Nuestra Misión

Desde sus inicios, Comunidad Misionera De Adoración fue fundada por Dios para “…dar buenas nuevas a los pobres; …sanar a los quebrantados de corazón; …pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor…”

Es la misión de Comunidad Misionera De Adoración llevar el Evangelio de Salvación hasta lo último de la tierra, estableciendo una presencia Eclesiástica para transmitir la luz de la Palabra de Dios.

Nuestra Visión

Evangelizar

Llevar las buenas nuevas del Reino de Dios a cada persona que necesita oir y saber que solamente el Señor Jesús es el camino al Padre y la salvación eterna creemos y sabemos que todos hemos sido llamados para evangelizar ya que el mandamiento de “…id, y haced discipulos a todas las naciones…” fue dado a toda la Iglesia.

 

Consolidar

Afirmar a cada nuevo creyente a ser un discípulo y un líder fuerte en el Reino de Dios.  Que cada Cristiano puede recibir las herramientas necesarias para contrarrestar las tentaciones y llegar a más como el Señor Jesús.

 

Discipular

Capacitar a cada discípulo para que realice el llamado que el Señor Jesús nos dio, dándole el adiestramiento adecuado para que forme parte integral del cuerpo de Jesucristo.  Cada discípulo recibirá las armas para ser exitoso en el caminar que lo llevará a cumplir el propósito por el cual fue llamado.

 

Enviar

Comisionar a cada discípulo para que cumpla la voluntad de Dios de llevar el Evangelio de Salvación a toda persona.  Por esta razón, Comunidad Misionera De Adoración, busca formar ministros de acuerdo al patrón establecido por Dios en Su Palabra: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.”  La visión de Comunidad Misionera De Adoración es preparar y enviar ministros a los campos blancos alrededor del mundo.  Poder establecer Iglesia nuevas en lugares de población hispana adonde no se encuentre presencia eclesiástica.  Que cada miembro de la Iglesia sea capacitado en el llamado que Dios le ha hecho para cumplimiento de la Gran Comisión.